Aunque antes que nada hay que empezar por el increible viaje que nos marcamos mis brothers y yo. Todo empezó el 21 de Agosto en el aeropuerto de Barajas. Emotivas despedidas, abrazos por aquí, besos por allá, muy bonito, pero habia que marchar. Después de pasar el control y ese momento de... "hola...me entiendes...voy a hacerte un pequeño registro..." pudimos ir a la puerta de embarque. Entramos los últimos al avión, que sinceramente está bastante mejor que los primeros como otras veces. El vuelo fue bastante tranquilo, quiza favorecido porque la gente hablaba español... Total, que llegamos al "GRAN" aeropuerto de Malmo y autobus a Copenhague, con maletas, la silla, el conductor que ni papa de inglés, y con ese gaditano tan discretito que había salido por primera vez de la tacita de plata. Despues de 45' llegamos a la capital danesa y directos al hotel. Genial, primer chasco, no hay ascensor y nos tocaba habitación en la cuarta planta...que bien...weno, afortunadamente conseguimos una en la segunda que no estaba del todo mal y con ese baño compartido donde tan bien lo pasamos (no penséis nada malo). Y una vez establecidos pues ya lo típico cuando llegas a una ciudad, paseito nocturno (bastante decepcionante, porque no se que pasa en estos paises que no alumbran los monumentos...) y visita a la ciudad en general. Copenhague, bastante bonito. Se recomienda paseo en barquito, Jardin botánico, el Tivoli y palacio Amaliensborg+Marmokirken.
Bueno, que me voy por las ramas y en vez de resumen parece una novela. Siguiente destino Estocolmo, pero teniamos que coger el avión en Malmo, y ya puestos, pues lo visitamos. Vaya tela, entre la mala leche de las maletas, la lluvia, y que el principal edificio estaba tapado por un escenario, pues imaginaos, para echar en el olvido... Pero por fin vino lo bueno: Estocolmo; la llegada fue a las 22h mas o menos, con un vuelo normalito, con turbulencias pero bien. Cogimos el tren a la ciudad y luego un taxi, porque a esas horas...el taxista: apestando a alcohol, medio ciego, ni idea de inglés y encima sin saber dónde estaba la calle, pero nos llevó, a cambio le cedimos medio riñón. Y la llegada a nuestro esplendoroso apartamento...la verdad es que la zona era la leche, todos unos edificios preciosos y demás pero claro, nos tenía que recibir una chica que ni aparecía. Empezamos a investigar el portal para ver donde dormir cuando por fin apareció la chiquilla. Subimos en un ascensor que debía tener unos 50 años y nada más entrar: un gato, dos parejas más en la casa, toda medio en obras, una cacatúa y de repente solo pienso en la película HOSTEL. Bueno, finalmente todo salió bien, el apartamento estaba bien, la dueña muy simpática...vamos, genial. Y la ciudad preciosa. Un estilo Amsterdam en el aspecto de que no tiene grandes monumentos pero un paseo por el centro precioso. Y si vais no os perdáis el cambio de guardia; no se si seria porque era sábado o qué pero impresionante. De verdad, una gran ciudad. y tres días después, pues a coger el barco a Tallin. Vaya barco: discoteca, Tax Free (alcohol, comida, tabaco y colonias), sala de conciertos, no se cuantos restaurantes, bufet, 9 plantas, spa...impresionante. Una gran experiencia.
Y Tallin...pues mira, nada mas ponernos a verla, empieza a llover, más que llover, diluviar...increible como caia. Presenciamos una peleilla de un tipo que luego resultó ser super educado. Pero la ciudad en si, preciosa, tiene un paseo muy bonito, mujeres guapas...Bastante chula. Y nada, al dia siguiente pues otro barco a Helsinki, en el cual vomitó la mitad del pasaje (o al menos de las mujeres, porque estabamos al lado del baño y claro...era un no parar).
Total, ya en Helsinki lo primero era recoger las llaves. Nos tocó esperar por supuesto, pero no fue demasiado grave. Taxi y a mi casita. Bueno...la primera impresión un poco rara, pero rápidamente se pasó. Y es aquí cuando conozco a Alessio, mi compañero italiano. Vaya retaila nos soltó. No paraba de hablar, pero menos mal que se le entiende. Y luego, pues pequeña visita a Helsinki y a echar la noche en el Hilton del aeropuerto. Buenas habitaciones por cierto. Y a la mañana siguiente mis hermanos se fueron y por fin empieza mi verdadero Erasmus...
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